martes, 9 de enero de 2018

CAMBIO CLÍMATICO, ¿INFRENABLE?


El calentamiento global es un hecho desde hace mucho tiempo. La temperatura del planeta va en aumento y nuestro sistema de vida actual está lejos de concebirse sin este materialismo que tanto contamina.

La joya medioambiental de Zamora, de origen glaciar, ya está sintiendo sus efectos. ¿Es posible revertir esta situación? ¿O estamos ya ante una batalla perdida?







http://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2017/06/21/cambio-climatico-eleva-temperatura-lago/1014299.html

UN PASEO MICOLÓGICO POR SANABRIA

La comarca de Sanabria, situada en el extremo noroccidental de la provincia de Zamora, cuenta con unas características biológicas y paisajísticas únicas dentro de la provincia, capaces de cautivar a cualquier visitante por su especial encanto.

La especie vegetal dominante sin duda es el robledal (Quercus pyrenaica), que ocupa la mayor parte del territorio, pero también hay zonas conformadas por umbríos pinares de suelos muy ácidos y frondosos bosques maduros repletos de microhábitats.

Esta comarca es también un paraíso micológico para los amantes de las setas, donde afloran una gran variedad de especies. A continuación os mostramos algunas de las setas más representativas de la zona:

Boletus edulis es, una de las especies más preciadas por su excelente valor culinario y que puede alcanzar notables dimensiones. El sombrero de la seta es marrón, pardo o canela con los bordes más claros. El pie es consistente y robusto, por lo general más engrosado en la parte media y la carne blanca y tierna, con un sabor y olor que recuerdan ligeramente a la avellana. Lo podemos encontrar próximo a los robles, encinas y jaras.





Muy parecido al anterior con el que a veces se puede confundir, está Boletus pinophilus, cuyo sombrero puede presentar tonos granates rojizos y debajo de la cutícula la carne es algo rojícea. También se le conoce como boleto de pino, pues aflora preferentemente en los bosques de Pinus sylvestris.





Amanita caesaria, conocida como huevo de rey. El sombrero tiene un color anaranjado y normalmente presenta grandes placas blancas, restos de la volva. Tiene forma globosa y al final de la etapa acaba siendo plano. Debajo de la cutícula la carne presenta un color amarillento y el margen es estriado. Las láminas son gruesas y de color amarillo. El pie es del color de las láminas y presenta un amplio anillo. Lo podemos encontrar en bosques de encinas, robles y castaños.





Macrolepiota procera, cucurril o parasol. El sombrero evoluciona de ovoide a campaniforme y finalmente aplanado. La cutícula es blanquecina con escamas concéntricas de color marrón. Las láminas son blancas y apretadas. El pie es alto con doble anillo y la base bulbosa. La carne es blanca y blanda, y desprende un ligero olor que recuerda a pan recién hecho. Fructifica en zonas herbosas y en bosques de robles y encinas.





Cantharellus cibarius, chantarela o rebozuelo. El sombrero presenta un color amarillo huevo y tiene forma de copa, con el borde enrollado y lobulado. Presenta pliegues bifurcados en lugar de láminas. El pie es grueso, cilíndrico y carnoso y la carne blanco amarillenta. Tiene un olor a frutas y un sabor dulce. Lo podemos encontrar cerca de robles, castaños, encinas o jaras.




RUTA DE PEÑA DEL CASTRO Y EL VALLE DEL ARROYO MORATONES (ESCOBER DE TÁBARA)


Escober de Tábara ofrece al visitante un entorno variado, un paseo entretenido, desde la Peña del Castro y su laguna hasta el valle del Moratones, en el que se ubica una sorprendente fresneda centenaria, junto al río.Y muy cerca del pueblo, el bosque de la Mata, un precioso enclave natural en pleno parque de la Sierra de la Culebra.
Partimos de la plaza de la localidad de Escober de Tábara y descendemos por la calle de La Mata. Nada más salir de la localidad, nos encontramos con un área recreativa y, junto a ésta, un cartel descriptivo de la ruta. Un poco más adelante, se puede observar una cabaña de pastores, construida con ramas de roble, a la manera tradicional. A partir de aquí, unos postes de madera, a modo de indicadores, nos irán guiando en nuestra ruta. Atravesamos la zona de huertas cercanas al pueblo. Aproximadamente a 20 minutos del inicio nos desviamos hacia la derecha en ligero ascenso, hacia la zona del Castro, el punto más alto del recorrido. Prácticamente al final de la cuesta, en cinco minutos, nos desviamos a la derecha, hacia el castro. Para acceder a este punto de interés arqueológico, debemos caminar por un estrecho sendero entre jaras, hasta la cima. Desde lo alto se vislumbra un hermoso paisaje: Escober y el valle del Moratones hacia el sur, una excelente panorámica de la Sierra de la Culebra al este y Tábara al norte.

El asentamiento castreño consiste en los restos de varias murallas de piedra y de lo que en su momento pudo ser una vivienda de los antiguos pobladores de esta zona. Descendemos hacia la laguna y una vez allí tomamos el camino de tierra, hacia la derecha. Durante este trayecto, varios grupos de robles centenarios nos irán acompañando, dejando siempre la línea de cumbres a nuestra derecha. A veinte minutos de la laguna debemos desviarnos a la derecha, iniciando un ligero descenso por un amplio camino. Descendemos hasta un lugar conocido como La Solana del Valle, como puede comprobarse (a los diez minutos del desvío) en un cartel de la ruta. Desde allí, tomamos el camino de la izquierda en un ascenso moderado.

A partir de aquí el camino sube y baja en varias ocasiones. Se trata, además, de un excelente lugar para el avistamiento de fauna (ciervo y jabalí, fundamentalmente). El camino discurre paralelo al valle del Arroyo Moratones. En media hora, sin desviarnos, llegamos hasta un lugar en el que debemos desviarnos hacia la derecha, en descenso. El sendero hasta llegar a la casa de Los Comunes (edificación habitada en su momento por el guarda de la zona), se pierde en ciertos momentos entre el jaral y las encinas. En diez minutos llegamos a dicha edificación, ya en ruinas, y de allí, en cinco minutos, desviándonos hacia la derecha, a la fuente de Los comunes. Continuamos por el mismo camino, que marcha ahora paralelo y por la izquierda del arroyo, que en varios tramos se ve acompañado por distintos grupos de fresnos.

Caminamos ahora por el fondo del valle, entre tierras de labor y extensas praderas. Del otro lado del arroyo puede distinguirse una ladera con bancales donde están plantados pinos. A la media hora nos desviamos a la derecha (está señalizado); entramos en la zona que los lugareños conocen como “La Mata”. El sendero se estrecha y, a partir de ahora, nos acompañará una tupida vegetación: robles, encinas o fresnos. Al poco tiempo nos encontramos con una preciosa fresneda, al lado del arroyo, con algunos ejemplares centenarios, y los restos de lo que hace tiempo fue un molino. Continuamos dejando la fresneda a nuestra derecha, por donde discurre el Moratones. En veinte minutos, desembocamos en el mismo camino que tomamos de inicio. Desde allí, atravesando de nuevo la zona de huertas, en cinco minutos, llegaremos al punto de partida.

http://www.quetiempo.es/fotos/tabara/vista-aerea-de-escober-de-tabara_88918833.jpg