Escober de Tábara ofrece al visitante un entorno variado, un paseo entretenido, desde la Peña del Castro y su laguna hasta el valle del Moratones, en el que se ubica una sorprendente fresneda centenaria, junto al río.Y muy cerca del pueblo, el bosque de la Mata, un precioso enclave natural en pleno parque de la Sierra de la Culebra.
Partimos de la plaza de la localidad de Escober de Tábara
y descendemos por la calle de La Mata. Nada más salir de la localidad,
nos encontramos con un área recreativa y, junto a ésta, un cartel
descriptivo de la ruta. Un poco más adelante, se puede observar una
cabaña de pastores, construida con ramas de roble, a la manera
tradicional. A partir de aquí, unos postes de madera, a modo de
indicadores, nos irán guiando en nuestra ruta. Atravesamos la zona de huertas cercanas al pueblo. Aproximadamente a
20 minutos del inicio nos desviamos hacia la derecha en ligero ascenso,
hacia la zona del Castro, el punto más alto del recorrido. Prácticamente
al final de la cuesta, en cinco minutos, nos desviamos a la derecha,
hacia el castro. Para acceder a este punto de interés arqueológico,
debemos caminar por un estrecho sendero entre jaras, hasta la cima.
Desde lo alto se vislumbra un hermoso paisaje: Escober y el valle del
Moratones hacia el sur, una excelente panorámica de la Sierra de la Culebra al este y Tábara al norte.
El asentamiento castreño consiste en los restos de varias murallas de
piedra y de lo que en su momento pudo ser una vivienda de los antiguos
pobladores de esta zona. Descendemos hacia la laguna y una vez allí
tomamos el camino de tierra, hacia la derecha. Durante este trayecto,
varios grupos de robles centenarios nos irán acompañando, dejando
siempre la línea de cumbres a nuestra derecha. A veinte minutos de la laguna debemos desviarnos a la derecha,
iniciando un ligero descenso por un amplio camino. Descendemos hasta un
lugar conocido como La Solana del Valle, como puede comprobarse (a los
diez minutos del desvío) en un cartel de la ruta. Desde allí, tomamos el
camino de la izquierda en un ascenso moderado.
A partir de aquí el camino sube y baja en varias ocasiones. Se trata,
además, de un excelente lugar para el avistamiento de fauna (ciervo y
jabalí, fundamentalmente). El camino discurre paralelo al valle del Arroyo Moratones.
En media hora, sin desviarnos, llegamos hasta un lugar en el que
debemos desviarnos hacia la derecha, en descenso. El sendero hasta
llegar a la casa de Los Comunes (edificación habitada en su momento por
el guarda de la zona), se pierde en ciertos momentos entre el jaral y
las encinas. En diez minutos llegamos a dicha edificación, ya en ruinas, y de
allí, en cinco minutos, desviándonos hacia la derecha, a la fuente de
Los comunes. Continuamos por el mismo camino, que marcha ahora paralelo y
por la izquierda del arroyo, que en varios tramos se ve acompañado por
distintos grupos de fresnos.
Caminamos ahora por el fondo del valle, entre tierras de labor y
extensas praderas. Del otro lado del arroyo puede distinguirse una
ladera con bancales donde están plantados pinos. A la media hora nos
desviamos a la derecha (está señalizado); entramos en la zona que los
lugareños conocen como “La Mata”. El sendero se estrecha y, a partir de
ahora, nos acompañará una tupida vegetación: robles, encinas o fresnos.
Al poco tiempo nos encontramos con una preciosa fresneda, al lado del
arroyo, con algunos ejemplares centenarios, y los restos de lo que hace
tiempo fue un molino. Continuamos dejando la fresneda a nuestra derecha, por donde discurre
el Moratones. En veinte minutos, desembocamos en el mismo camino que
tomamos de inicio. Desde allí, atravesando de nuevo la zona de huertas,
en cinco minutos, llegaremos al punto de partida.